Serán cincuenta dólares, le dijo.
Cinqcuenta dólares, repitió, mientras se sentaba sobre lo que parecía ser una cama.
Y por adelantó, le recordó mientras curioseaba un poco por la habitación.
Se levantó para dejar el dinero sobre el minibar, y luego volvió a sentarse en el mismo lugar.
No tengo, ¿ tú tampoco ? No.
Da igual, va a ser un momento.
No me importa, no parece peligroso.
Cincuenta dólares. Ni un solo centimo más.
Eso es lo que tenía que pagar para la muerte invisible, lo llaman así y él no sabía por qué, ni se interesó en preguntar.
Unas semanas después recibió entre su correo factura. Pero si yo pagué el servicio, pensó.
Avenida Roja (M A R)
18-09-2011
Factura N° 98003
Concepto: Transmición del virus mortal.
Importe : 50 $
Observaciones : Pagada.
No se le ocurrió nada, aparte de ir a preguntarle al vecino si le había llegado algo parecido.
Me inspiré aquí.
9 commentaires:
Me encanta la fotografía
(y la entrada).
¡Saludos!
Un texto interesante, mi querida amiga, me gusta cuando escribes.
Por cierto, cincuenta dólares es un buen precio, y viene con factura y todo.
Besos.
HD
Quizá yo sí me habría preguntado porqué se llama muerte invisible.
Un beso.
Quizá yo sí me habría preguntado porqué se llama muerte invisible.
Un beso.
Hola guapa.
Por fin he podido solucionar mis problemas con blogguer y por fin puedo dejar comentarios.
Un poco fuerte tu historia...
Menuda cara se le pondria al recibir la facturita.
Un abrazo.
Ricard
Siempre hay alguien diciendo que lo mejor es olvidar, a veces hacemos caso a veces no.
Reitero gracias por pasar por mi blog y dejar tus comentarios =)
un beso
El lector perspicaz lee de todo o lee de nada
Genial!! Un abrazo.
Oh dios. Que blog tan genial de verdad. Te sigo desde ya!
un besazo enorme :)
Qué gustazo...
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