Los escritores de porcelana

La primera desaparición pasó totalmente desapercibida. A quién le iba a importar una vulgar prostituta que a parte de copular todo el santo dia, se dedicaba a rellenar quinielas con microrelatos que nadie se valia a leer, y que -pasando- tan siquiera alcanzaban un 2% de las ventas en aquella pequeña libreria de Chérchel...

La segunda tampoco fué como para alarmarse. Un hijo de la alta sociedad, un pijo de primera clase, que se habra seguramente fugado con otros amigos despues de constatar que papá y mamá le habian anulado una de sus inmumerables cartas bancarias cuando éste se quería pagar otro capricho mas -todo eso delante de sus amigos.

Con la tercera, la de Maya, la estudiante de letras contemporraneas, y nuestro John -el niño pijo- que no acababa de dar señasles de vida, las cosas empezaron a moverse. Lentamente. Muy lentamente. Pero el hecho era que empezaban a moverse.

En Chérchel la gente no solia desaparecer. Por el contrario, cada semana surgia un nuevo barco lleno de extraños individuos que querian integrarse a la sociedad, a SU sociedad... Algunos lo conseguian y pasaban a formar parte de  lo que ahora son nuestros amigos y conocidos. Mientros que otros seguirian siendo unos extraños. Nunca se integraráan, no quieren acostumbrarse..

Cuando la policia empezó a averiguar sobre las recientes desapariciones las cosas se fueron calmando, y la gente volvio a bajar su nivel de vigilancia. Pero algunxs aun tenían miedo.

Se dice que un buen cazador nunca abandona, se retira para volver a atacar mas fuerte.
Tenían razón.






Toni se solía levantar a eso de las seis y media para tener tiempo y no andar como apresurado -pero la verdad es que de poco le servía levantarse tan temprano porque siempre acababa retrasandose. Por eso nadie se inquietó al ver que no se presentó a las ocho en el local de ensayo -se dijeron todos que ya verndrá, que seguramente se habra quedado dormido otra vez, y ya estaban pensando en las bromas que le sacarian esta vez, esta "enésima vez" 


Toni no les dió este placer. No apareció en todo el dia.


Ni en el siguiente, ni en el de después tampoco.

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