Naúmo y su tribu sabían que no estaban haciendo las cosas bien, pero qué remedio necesitaban a alguien que les ayudara a volver a tener fé en la vida, en la felicidad. Alguien que les enseñara que no es muy dificil tener esperanzas.

Muchos años despues, cuando Alaila dejó de ser una niña , fué a visitar a Naúmo y su tribu, para ayudarlos en lo que antes no podia, y agradecerles de haberle ofrecido el primer recuerdo que sus padres le contaron. Un trocito de historia escrito en una hoja en blanco, para ella era mucho mas.
Lo primero es aprender a sonreir, todo lo demás vendrá solo...
1 commentaire:
Si uno sabe sonreír, ya tiene mucho ganado.
No sé si lo celebras o no, pero aprovecho la ocasión para desearte una muy feliz Navidad, y cuando ésta pase, también.
:)
Enregistrer un commentaire